DISCURSO PRESENTACIÓN DEL LIBRO LA NUEVA HISTORIA DE PEREIRA. 

La historia de una Ciudad o de una Región es parte constitutiva de la identidad cultural de sus pobladores; cada hallazgo, cada precisión siempre será un acontecimiento de la mayor relevancia. Este es el caso de los nuevos elementos incorporados al conocimiento de los hechos relativos a la fundación de la ciudad de Pereira y su interpretación. 

Quienes somos raizales crecimos escuchando una historia que repetidamente se ha transferido de generación en generación sin mayor beneficio de inventario. Varios escritores, con ánimo historiográfico, han escrito versiones heredadas de anteriores sin mayor crítica a los episodios considerados claves en la fundación de la Ciudad, quizás con la única excepción de Carlos Echeverri a comienzos del siglo anterior. Incluso la obra más importante de la Historia de Pereira, contratada por el Club Rotario de Pereira en el centenario de la ciudad a los historiadores Freire y Jaramillo Uribe, la más rigurosa desde el punto de vista científico pues fue realizada por profesionales en este campo, también pecó del conocido error de caer en fuentes secundarias. 

La Universidad como Institución que promueve la construcción de conocimiento debe estimular y fomentar los hechos que acrecienten el patrimonio cultural. Con esta divisa hemos patrocinado las investigaciones del profesor Victor Zuluaga Gómez que hoy desembocan en este libro; lo hacemos además con la certeza de constatar que los nuevos enfoques y las variantes sobre la interpretación de la historia de la ciudad que presenta el trabajo ameritan el esfuerzo hecho. 

La nueva versión de algunos acontecimientos redimensiona el papel de los anteriores protagonistas, revela otros que se habían perdido, entre ellos nuestros antepasados aborígenes refugiados en el pueblo de los Zerrillos, y además conecta fragmentos de la historia con los hallazgos del Salado del Consotá, evento que también está asociado a la actividad y trabajo de los investigadores de nuestra Universidad. 

Los archivos del Arzobispado de Popayán dados a conocer tan solo hace tres años cuando fueron entregados al archivo nacional lo mismo que el archivo de Cartago fueron fuentes decisorias para la hilación del nuevo entramado histórico que construye el libro. 

Siempre hemos oído como referente de las anteriores generaciones el llamado valor de la palabra; al leer los documentos anexos a este libro provenientes de los archivos se reconoce en efecto lo que la palabra y el testimonio sirvieron de fundamento a la consolidación del régimen de propiedad en nuestra organización social. 

Los testigos eran la casi única fuente para determinar los hitos de propiedad y sobre ellos transitan la historia de los eventos que determinan esta historia. Cuesta trabajo a la luz de lo que hoy en día vivimos entender como la palabra empeñada y los testimonios podían tener la fuerza ordenadora que representaron. Claro está que las guerras, las distancias y el tiempo podían jugar malas pasadas como en efecto ocurrió. 

Causa nostalgia y efluvios del mejor sentimiento leer los hechos y realidades de aquellas épocas pretéritas donde se desenvolvieron nuestros antepasados y que constituyeron los cimientos de nuestro presente. Y se corrobora igualmente el aserto de que la Historia la han hecho los hombres con su liderazgo y empuje. De la misma manera se evidencia que la historia se borra si no la escribimos y corregimos oportunamente. 

A propósito de este encuentro de la Universidad Tecnológica de Pereira con la historia de Pereira; llegó a mis manos un ejemplar del primer libro escrito para los niños de la provincia del Quindío por un maestro de Cartago de nombre Isaías Luján con el propósito expreso de enseñar la geografía de la Provincia del Quindío, perteneciente al departamento del Cauca, y cuya extensión por esa época superaba la mitad del territorio nacional incluido el departamento de Panamá. La obra fue escrita en 1892 y trae sobre Pereira y sus alrededores una descripción que no resisto la tentación de trascribirla para ustedes. 

“Pereira. 

Cabecera del Distrito de su mismo nombre. 
Habitantes: 10.000 
Temperatura media: 20 grados centígrados 

Hállase esta población que por sus antiguos títulos como por el estado de progreso en que se encuentra puede ocupar el rango de ciudad-situada en la vía que conduce al departamento de Antioquia, a seis leguas de la cabecera de la provincia, en una planicie surcada por el río Otún y el arroyo Egoyá; por una parte da vista a los nevados de la cordillera a cuya falda se encuentra; por otra el alto del Oso, la colina de balcones, los cerros de San Francisco y el Nudo, y por la otra el Valle en cuyo horizonte se pierden las miradas del espectador. 

Los terrenos del resto del distrito son más o menos quebrados. 

La temperatura varía agradablemente: muy fresca por las mañanas, templada en el mediodía 

El suelo es un tanto húmedo, y por lo mismo un tanto insalubre. 

Los terrenos son feracísimos. 

En los bosques se encuentra quina de buena calidad, otoba, caucho y maderas de construcción: este último artículo se expende en gran cantidad en los mercados de Pereira y Cartago. 

Potreros de pastos artificiales, plantíos de caña, maíz y fréjoles, plataneras, etc., con otras producciones tales como panela y aguardiente, la compra y venta de ganados y un activo movimiento comercial le dan a Pereira ventajosa situación pecuniaria, sin contar con el producto de las fuentes saladas y el de las guacas. 

Existen cuatro alambiques de cobre en los cuales se ha destilado aguardiente de magnifica calidad. 

Calcúlanse en las haciendas más de 20.000 cabezas de ganado mayor y 4.000 de menor. Una de sus salinas produce de 10 a 15 arrobas de sal diarias, quedando un residuo considerable de agua salada”. 
Hasta aquí la cita. 

Volviendo al motivo de esta reunión debo advertir que los lectores del libro la nueva historia de Pereira encontrarán que ella, la historia, sigue siendo una historia inconclusa y el libro apenas deja descubiertas las puntas de un ovillo que debe seguir desanidándose. La Universidad espera seguir trabajando en ello y animamos a los historiadores a hacer lo propio.

Hemos hecho coincidir la presentación en sociedad de este libro con la semana aniversaria de la fecha de la fundación, como un homenaje de la Universidad Tecnológica de Pereira, a su ciudad que tanto respaldo y apoyo le ha prodigado. Mis agradecimientos a la Telefónica de Pereira y a su Gerenta, la Dra Martha Manrique, quién contribuyó a la financiación de esta primera edición. 

Dr Juan Manuel Arango Vélez, como Alcalde de esta extraordinaria Ciudad reciba este modesto aporte como testimonio de gratitud y reconocimiento con todos los habitantes de esta prodigiosa tierra de promisión que a lo largo de generaciones la han hecho grande. 

Felicitaciones Pereira. 

Pereira, 31 de agosto de 2004 

Luis Enrique Arango Jiménez 
Rector 
Universidad Tecnológica de Pereira

Fecha de expedicion: 2004-08-31