Discurso del Rector
Al cumplirse 30 años de la creación de la Facultad de Medicina de la Universidad Tecnológica de Pereira conviene rememorar algunos antecedentes que son iluminadores con relación a los orígenes de esta iniciativa, que sin lugar a dudas le dio un salto de gran significado a la aún novel Institución, que había sido concebida como un centro de formación para las disciplinas tecnológicas, pero que la fuerza de los hechos ha ido modificando.
Definir quién tuvo la idea siempre será controversial y no voy a detenerme en este apartado, prefiero concentrarme en la gestión que la hizo posible; al fin y al cabo ahí reside la esencia de las transformaciones sociales; me refiero a que las ideas no bastan.
Como por la época representaba a los profesores de la Universidad en el Consejo Superior, tengo elementos para dejar testimonio de algunos hechos que siempre serán gratos referir, para evitar que el olvido esconda los esfuerzos de las personas; motores indispensables del progreso y los cambios.
Debo aclarar que durante la década del 70, había en el país una tenaz resistencia a la creación de nuevos programas de medicina en los círculos de Gobierno, al punto de que la primera expresión del Presidente López, cuando se le pidió apoyo, fue afirmar que en su Gobierno no habrían nuevas aprobaciones; lo que llevó al rector de la época a replicar, con arrojo: pues la haremos sin su ayuda, Sr. Presidente.
Hay que reconocer que la propuesta de fundar un programa de medicina, para la época una facultad, tenía el acompañamiento general de la sociedad, era una causa colectiva. Baste señalar que un distinguido grupo de médicos de la Ciudad ayudaron en su concepción y el mismo l Director de la Unidad regional de Salud de Pereira, Dr. Hernando Álvarez Bolaño, fungía como asesor y suscribía en tal carácter los documentos oficiales del proyecto.
Solo para dar idea del grado de compromiso de la sociedad local con la propuesta, me permito relacionar la lista de personas que aparecen conformando el comité de divulgación del proyecto : Dr Gonzalo Vallejo, Gobernador del Departamento; Dr Cesar Gaviria Trujillo, Alcalde de Pereira; Dr Juan Guillermo Angel Mejía , Rector de la Universidad; Dr. William Ríos, Gerente del Seguro Social; Dr José Alvarez, Gerente de la Caja Nacional de Previsión; Dr Fabio Gomez Botero, Gerente de la Lotería de Risaralda; y el Dr Germán Gaviria Vélez, Gerente de la Corporación Financiera de Occidente.
Juan Guillermo Ángel Mejía lleva el tema de la Facultad de Medicina por primera vez al Consejo Superior, el primero de abril de 1976, advirtiendo que se estaba realizando un estudio de factibilidad aprobado por el Consejo Directivo, y allí mismo se le aprueban $100.000 para financiarlo, a propuesta de Carlos Arturo Ángel Arango, a la sazón representante del Alcalde de Pereira ante el Consejo y quien lo presidía.
Como era necesario colocar al mando del proyecto un médico de experiencia, se acudió a la veteranía del Dr. Arturo Campo Posada, un ilustre pereirano, que había ayudado a fundar las Facultades de Medicina de la Universidad del Rosario y la Juan N. Corpas, y quien en condición de retiro vivía en el Municipio de Cartago. Su nombramiento fue provisional mientras se consolidaban las estructuras administrativas.
Un año y un mes después, el 13 de mayo de 1977, la Junta Directiva del Icfes, aprobaba la autorización de funcionamiento con una constancia del Ministro de Educación Rafael Rivas Posada, en los siguientes términos: «No obstante las reservas que en pasadas oportunidades he expresado sobre el proyecto de creación de la Facultad de Medicina de la Universidad Tecnológica de Pereira, he dado mi aprobación a la iniciativa en vista de la idea y de las seguridades que han sido presentadas sobre el financiamiento del nuevo programa. El éxito de la aventura académica que inicia la prestigiosa Institución de Pereira, solo podrá garantizarse, desde el punto de vista financiero, con base en el esfuerzo continuado de las autoridades Departamentales y Municipales y de toda la sociedad Pereirana, ante la imposibilidad de que los cuantiosos recursos necesarios para el sostenimiento de la nueva facultad salgan del presupuesto de la Universidad.
No fue pues fácil la tarea de quebrar la política oficial, pero la tarea estaba hecha, no sin el apoyo de distinguidos médicos de la ciudad que estuvieron apoyándola y entre los que quiero mencionar, aún quedándome corto en la lista, a Ehumir Téllez, Fabio Vallejo Angel, Ariel Orrego Gómez, Oscar Muñoz Cano, Héctor Arteaga, Edgardo González, Luis Albero Marín y a Juan Carlos Mesa.
Por el lado de la Universidad participaron de manera activa; Álvaro Rojas Gonzales, Alcibíades Reyes Sequeda, Gustavo Arango, Elkin López y Gustavo Orozco Restrepo, quien para la época se desempañaba como jefe de Planeación.
Luego vino la aprobación de la Facultad como estructura legal de la Universidad el 6 de julio del mismo año, a imagen y semejanza de las otras facultades y se nombra en propiedad al Dr. Arturo Campo Posada. A partir de allí, surge la historia oficial de funcionamiento de la Facultad construida bajo el diestro liderazgo de distinguidos médicos que lo sucedieron hasta el día de hoy: Juvenal Gómez, Alberto Orduz Suárez, Héctor Arteaga Pacheco, Eduardo Baena, Edgar Beltrán, Rafael Alarcón Velandia, Luis Alfredo Castrillón, Jesús Herney Moreno, Álvaro Estrada Ospina y Samuel Eduardo Trujillo.
Revisando los documentos de la época, quiero recrear los fundamentos conceptuales que animaron los objetivos de la Facultad. Siempre se habló de formar un médico integral; que integrara las ciencias básicas con las clínicas, lo técnico con lo humano, la medicina curativa con la preventiva, la medicina rural con la urbana, que tuviera un énfasis social, comunitario.
Transcurridos 30 años, podemos afirmar a voz en cuello, que se ha cumplido la tarea, no sé que tan lejos estemos de las expectativas de quienes la imaginaron; pero que hemos creado una escuela de lujo, posicionada, pujante y promisoria, no cabe ninguna duda. Una riada de profesionales idóneos y comprometidos en lo social ha ido diseminándose por la geografía nacional y fuera de ella para erigir un prestigio creciente, que nos llena de satisfacción.
La Facultad de Medicina creció y albergó un nuevo programa en el año 1990, me refiero al Programa de Ciencias del Deporte y la Recreación, aprobado por el Consejo Superior el 19 de junio del año 89 y autorizado por el Icfes el 28 de agosto de 1990. Un programa que nace de las aficiones deportivas del Rector, Gabriel Jaime Cardona Orozco, quien siempre ha pensado que el pobre desempeño del país en el tema deportivo, se debe entre otras cosas a la falta de recurso humano formado profesionalmente. En esta causa estuvo acompañado por el médico deportólogo Alberto Restrepo, quien además actúa como primer director del programa para ponerlo en marcha.
Posteriormente lo sucede en la dirección el Dr. José Carlos Giraldo, quien al salir en comisión de estudios, le entrega el cargo a Carlos Danilo Zapata desde el año 95 hasta la fecha. Hoy es un programa consolidado con una distinguida nómina de docentes especializados que lo engrandecen de manera constante.
La Facultad de Medicina se convirtió en la Facultad de Ciencias de la Salud y sus dos programas fueron acreditados como programas de excelencia por el CNA; Medicina, ya ha sido reacreditado por una vigencia de 7 años a partir del 2005 y Ciencias del Deporte y la recreación ya recibió la visita de pares con el mismo propósito. Difícil para una facultad exhibir una hoja de vida más exuberante que la actual Facultad de Ciencias de la Salud.
Pero su accionar no puede quedarse en lo conocido, un nuevo salto viene fraguándose en los últimos años, tenemos casi a punto un menú de nuevas ofertas que van a complementar el rol que esta Facultad ha cumplido para la sociedad; me refiero en particular a los programa de Medicina Veterinaria y Zootecnia, Fisioterapia y Kinesiología, Tecnología Preshospitalaria, y las especialidades médicas, nuestra gran ambición, que de manera inicial abrirán plaza con Psiquiatría, Medicina Interna e Intensivismo o Medicina de cuidados intensivos. Así mismo se prepara una especialización en Radiología e imágenes diagnósticas.
Como puede advertirse, son 30 fructíferos años, llenos de logros y donde numerosos estudiantes, docentes, administrativos y directivos, han puesto lo mejor de cada uno para construir una obra imperecedera. Algunos ya no nos acompañan en la faena, pero su huella es y será imborrable.
Ahora que estamos en la víspera del salto anunciado y como testigo de excepción de lo que esta comunidad académica ha creado, los invito a seguir adelante con la misma sabiduría y entusiasmo desplegado a través de los años. El futuro es de los que se atreven; esta Facultad es un ejemplo.
Como Rector de esta Universidad durante tres períodos sucesivos la he visto crecer y multiplicarse como el mandato bíblico.
Felicitaciones,
Luis Enrique Arango Jiménez
Rector
Fecha de expedicion: 2007-11-02