DISCURSO DEL RECTOR DE LA UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA DE PEREIRA, ING. LUIS ENRIQUE ARANGO JIMÉNEZ EN LA FIRMA DEL CONVENIO INTERADMINISTRATIVO DEL SALADO DE CONSOTÁ 

Pereira, 17 de Noviembre de 2004 

Una feliz circunstancia, de esas que surgen inesperadamente, ha puesto a la Universidad Tecnológica en el centro de dos megaproyectos llamados a incidir de manera profunda en el destino de la ciudad de Pereira. Me refiero al Parque Temático de Flora y Fauna y al Parque Temático del Salado de Consotá. 

En ambos casos, se trata de proyectos de ciudad y como tales gozan del respaldo y el acompañamiento de todos los sectores; en ellos la Universidad actúa como punto de encuentro para canalizar los aportes y las variadas iniciativas que se requieren para hacer de ellos verdaderos factores de transformación en el aspecto turístico y educativo. 

Para el parque temático del salado hemos decidido firmar un convenio con la Alcaldía de Pereira, la Gobernación del Departamento y la Academia Pereirana de Historia para dar los primeros pasos en la concreción de ésta fenomenal obra. 

El convenio se propone conformar la asociación que adelante el proyecto articulando los variados intereses de manera incluyente; e igualmente conformará una unidad de gestión que desarrolle la etapa de prefactibilidad. 

Será una obra que tendrá múltiples alcances; pues además de ser un referente turístico y educativo que integre toda la zona de tribunas Consotá, será un sitio de investigación arqueológica, ya que el sitio contiene una historia de poblamientos milenarios apenas en proceso de advertimiento. Podemos decir que todo está por conocerse. 

La Antropología y la arqueología tendrán en el salado un objeto de estudio; único en su campo. La cultura quimbaya y sus antepasados no tienen algo comparable. Por ello la importancia del hallazgo. 

Algo paradójico que sea la Universidad y sus vecindades el territorio donde se asentaron poblamientos desde tiempos pretéritos a la sombra de una fuente de agua salina. 

El haberlo encontrado dependió de la mirada curiosa y aguda del Dr. Michael Tistl nuestro ilustre benefactor de la cooperación Alemana; alguien que ya sentimos como compañero de causa, como un Pereirano más. Michael se dio a la tarea de perseguir la salinidad de las fuentes de agua con un medidor de conductividad con perseverancia y paciencia franciscanas hasta llegar al ojo de la fuente de sal y descubrir el Horno donde se producía este mineral a comienzos del siglo pasado. Allí, se develó una infraestructura que con propiedad él llamó la primera industria de la región. 

A partir de allí fueron apareciendo más hallazgos; minas de cobre; mina de oro, Camino perdido. 

Hay que darle crédito a los campesinos de las áreas adyacentes que han venido recordando algunos hechos que han servido para ir atando cabos. 

De particular interés es el asentamiento poblacional conocido como la mina que se originó con los mineros del pasado. Se afirma que hay túneles de gran extensión por descubrir. 

Los cronistas y los historiadores de la época hicieron referencia al salado pero como la memoria de los pueblos se borra, nadie hoy en día entre los vivos tenía noción de donde estaba ubicado. 

Con mucha dificultad la Universidad en compañía de la GTZ ha venido adelantando algunas acciones de identificación y conservación del sitio. Entre ellas enviamos muestras cerámicas para ser valoradas con la prueba del carbono 14 en los Estados Unidos con lecturas de 1800 y 2500 años con respecto al presente. 

Nombramos a la Dra. Consuelo Jaramillo como asesora de la Rectoría para el tema del salado con cuyo concurso logramos entre otras cosas la declaratoria de patrimonio arqueológico del territorio involucrado. 

Construimos una maqueta y un anteproyecto muy preliminar del proyecto para ir delineando en trazos muy gruesos una visión del mismo. 

Se ha fundado en la Facultad de Ciencias Ambientales un laboratorio Ecología Histórica con profesionales del área que están clasificando los materiales encontrados y documentando con rigor el conocimiento que se ha venido adquiriendo. Nos referimos a los arqueólogos Carlos Eduardo López y Martha Cecilia Cano, quienes a propósito y merced a su trabajo han venido estimulando en nuestra región un gran interés por el descubrimiento de nuestro pasado aborigen. 

Hace algunos días dimos a conocer el libro titulado; Cambios Ambientales en Perspectiva Histórica. Dicho libro es el resultado de un proyecto de investigación de la Facultad de Ciencias Ambientales cuyo objetivo apunta a recopilar todo el conocimiento sobre cambios en el entorno en perspectiva histórica. Dentro del libro se puede apreciar el aporte de los citados antropólogos, lo mismo que de otras personas que desde diversas disciplinas hacen su aporte al conocimiento de nuestro territorio y su historia; debo mencionar entre otros a: Víctor Zuluaga, Alvaro Acevedo, Diana Rodríguez, Beatriz Elena Rojas, Sebastián Martínez, Jorge Stamm, Michael Tistl, Jorge Pino, Paula Ramírez, Jenny Chávez, Nilson Correa, Libardo Narváez, Claudia Lalinde y Gloria Toro. 

Aunque el mencionado libro se aproxima al Salado de Consotá desde variados ángulos, hay un ensayo de Michael Tistl, titulado, “Sal, Cobre y Oro en el Consotᔠque lo aborda desde el aspecto geológico en una interesante explicación que hace aparecer el ojo de agua salada justamente en la intersección de dos fallas geológicas; la de Romeral y la de Consota. Al final del artículo el Dr. Michael visiona unos pasos que deben darse en el futuro, que quiero compartir con ustedes: 

“Los hallazgos geológicos relacionados con el sitio del Salado de Consotá recomiendan estudios más detallados en los siguientes aspectos: 
1- Realizar un mapeo geológico detallado, escala 1:1000 ó 1:2000 como parte del sistema de información georeferenciado. 
2- Determinar el caudal de la fuente salada y complementar el estudio de la composición química del agua. Con una perforación de 50 a 100 metros de profundidad, se puede esperar una fuente artesanal porque se sabe que el agua salada está bajo presión. 
3- Evaluar las características del agua con respecto a su posible uso medicinal. 
4- Determinar la edad de las cenizas volcánicas del sitio Salado de Consotá. La comprobación de una edad Holocénica representaría un avance significativo para la concepción arqueológica de la región. 
5- Realizar un estudio petrográfico y petroquímico de la roca intrusiva y de las diferentes mineralizaciones. Posiblemente se puede comprobar el uso del cobre de Consotá a través de estudios de isótopos de Plomo en artefactos metálicos (tumbaga). 
6- Realizar un proyecto de prospección para localizar posibles sitios o centros de orfebrería. 
7- Desarrollar en el sitio la Mina, el acceso a algunos socavones y reconstruir un molino californiano para integrar el sitio al proyectado Parque Temático Consotá, en el marco de la ruta arqueológico del Eje Cafetero (Proyecto UTP-GTZ 2001).” 

Lo que ha hecho la Universidad es todavía muy poco en comparación con las tareas que tenemos por delante; de allí, que tenga tanta importancia para los Risaraldenses y para la cultura nacional el pacto de voluntades que hoy estamos oficializando. 

El Alcalde de Pereira, Dr. Juan Manuel Arango, nos convocó a trabajar por un proyecto serio y bien estructurado; el convenio que hoy firmamos es el resultado de las acciones conjuntas que hemos venido desarrollando con la Alcaldía a través del Dr. Jorge Eliécer Sabas a quien el Sr. Alcalde comisionó para éste propósito. La Gobernación de Risaralda también ha trabajado con nosotros a través del Dr. Germán Chica Giraldo, Secretario de Hacienda y ha definido algunas inversiones; la Academia Pereirana de historia ha estado pendiente manifestando su intención de vincularse; lo mismo que otras entidades como la Cámara Colombiana de Turismo del Eje Cafetero con quienes indudablemente vamos a contar de ahora en adelante con la venia de nuestros corresponsables del convenio. 

Como Rector de la Universidad me declaro complacido por el rol que vamos a jugar sirviendo de integradores de tanta capacidad que tenemos disponible; habrá que trabajar con los empresarios turísticos; con los campesinos de la región; con los ecólogos; con las autoridades ambientales; con los arqueólogos; con los historiadores; con los educadores; con los medios de comunicación; con los arquitectos; entre muchos otros. 

Nos sentaremos todos a manteles a trabajar por una causa común retomando el ejemplo que nos legaron quienes construyeron el Aeropuerto, la Villa Olímpica y la misma Universidad. Para ellos el progreso de la ciudad fue la única divisa. Creo que la Universidad está en condiciones de coadyuvar a que el deseo de nuestro alcalde y nuestro Gobernador sean una realidad. 

Para la Universidad hoy es un día de gloria. 

Muchas gracias. 

Luis Enrique Arango Jiménez 
Rector

Fecha de expedicion: 2004-11-17