CXI CONSEJO NACIONAL DE RECTORES 
Bogotá 24 y 25 de junio de 2004 

La Educación Superior y el TLC 

La comercialización transnacional de los servicios educativos, prevista en el GATS o en los acuerdos de comercio entre países o grupos de países, presenta cuatro modalidades de suministro: Comercio Transfronterizo, consumo en el extranjero, presencia comercial y presencia de personas; modalidades que se conocen como los modos 1, 2, 3, y 4. 

La misma OMC ha clasificado y definido los servicios educativos en cinco capítulos: educación primaria, educación secundaria, educación superior, educación para adultos y otros servicios. 

Colombia adelanta dos procesos de negociación comercial con los Estados Unidos: el Acuerdo multilateral de libre Comercio para las Américas ALCA y el tratado bilateral de libre comercio TLC. El primero se encuentra entrabado por falta de acuerdo entre los Estados, mientras el segundo ya lleva dos rondas de negociación. La propuesta de los Estados Unidos para ambos tratados consiste en dejar sin restricciones el comercio de servicios para Educación Superior, Educación para adultos y otros servicios, en las modalidades 1, 2, y 3; es decir comercio trasfronterizo, consumo en el extranjero y presencia comercial: 

Me voy a ocupar de proyectar una mirada sobre los modos de ofrecer el servicio que están en discusión en las conversaciones del tratado de libre comercio para la Educación Superior tratando de valorar el estado actual de prestación de los mismos y examinando lo que podría significar para nuestro sector el desarrollo de la propuesta Norteamericana. 

Modo 1. Comercio Transfronterizo: Se trata de aquel que traspasa las fronteras sin desplazamiento físico del consumidor o del proveedor. Hace relación en particular a las modalidades a distancia o virtuales. 

Este mercado es el de mayor crecimiento en el mundo actual apoyado en el desarrollo de las nuevas tecnologías de la información y la telecomunicación, particularmente en Internet. 

Simultáneamente este mercado es el de mayor dificultad para controlar. Se produce autónomamente, sin permiso de nadie. Llega por las redes e incluso por la televisión satelital a través de los cables. 

Con o sin tratados de comercio el país debe abordar cuanto antes la tarea de regular las ofertas virtuales para que nuestras Universidades puedan ofrecerlas en el país con validez y de contera podamos alcanzar mercados externos. La población de habla hispana en el mundo entero puede ser un objetivo alcanzable pero especialmente nuestra población emigrante que alcanza los cinco millones de personas y que por su naturaleza constituye, ese sí, un mercado propio extendido mas allá de las fronteras, para educar a colombianos que en su inmensa mayoría desean algún día regresar a su patria y que emigraron por falta de oportunidades. 

Esta es una modalidad de educación que enfoca casi exclusivamente a los adultos mayores de 25 años y por lo tanto no puede sustituir los esfuerzos de ampliación de cobertura para la población joven. No requiere ser una educación subsidiada y por lo tanto no se perciben mayores dificultades en su libre circulación. 

El reto en esta modalidad de prestación del servicio ,antes que impedirlo, es tratar de buscar a través de los reconocimientos de títulos y equivalencias una vía para que en el prevalezcan las ofertas de calidad 

Modo 2. Consumo en el Extranjero. Es una de las formas mas expandidas del comercio de servicios educativos. Se da cuando estudiantes de un país se desplazan a otro para cursar estudios. Esta modalidad es quizás la que mayores ingresos le ha reportado a los Estados Unidos y pedir reciprocidad en términos de flujo de personas es por ahora una utopía. Los acuerdos que se puedan hacer deben buscar el beneficio para nuestros ciudadanos que por razones de costos y trabas migratorias tienen enormes dificultades para adelantar sus estudios. 

Que bueno fuera que se le diera a los estudiantes colombianos el tratamiento de residentes en los respectivos Estados donde están las Universidades para que pudieran acceder a los costos subsidiados de sus propios residentes. Tal como hacemos en Colombia con los estudiantes internacionales que no tienen ningún tipo de discriminación en los costos de matrícula y se les aplican los subsidios del Estado, tratándolos como Nacionales. El llamado trato nacional podría aquí invocarse. 

En esta modalidad no ha habido barreras en Colombia e imponerlas sería un anacronismo. Tal vez el punto a discutir sea el de los procedimientos para reconocimientos de títulos más que como barrera, como antibarrera. 

Modo 3- Presencia Comercial. Esta modalidad se da cuando la universidad extranjera establece filiales en el país, o hace acuerdos comerciales con Nacionales u otorga franquicias para actuar en su nombre. Hasta ahora no hay nada legal que evite que se produzca esta eventualidad de prestación del servicio siempre y cuando se cumpla con la Legislación Colombiana. Ello implica que deben constituirse como personas jurídicas para ejercer como instituciones de educación superior, y posteriormente deberán someterse a los procesos de registro calificado de sus ofertas como cualquier institución de educación superior colombiana. 

¿Donde esta la dificultad? La Ley 30 de 1992 que regula la Educación Superior en Colombia en su artículo 98, dice: Las Instituciones Privadas de Educación Superior deben ser personas jurídicas de utilidad común, sin ánimo de lucro, organizadas como corporaciones, fundaciones o instituciones de economía solidaria. 

Aquí esta el meollo de la discusión. ¿Conviene abrir al ánimo de lucro el servicio de la Educación Superior en Colombia?. Hay que tomar en cuenta que existen mas de 200 instituciones de educación superior privadas de la mayor diversidad y, que aunque el factor negocio no ha estado ausente de muchas de ellas, la forma de privilegiar los intereses individuales es muy indirecta y limitada para sus propietarios. 

Esta es la principal disconformidad relacionada con el acceso a los mercados en el lenguaje de las negociaciones del tratado y ha sido incluido como uno de los temas susceptibles de negociación. Hace parte del llamado anexo1. 

No creo que introducir una reforma para volver oportunidad de negocio el servicio de la educación superior sea importante para nuestro país, al menos por ahora. La única justificación sería la de requerir grandes recursos de inversión para aumentar la cobertura y lo que nos está ocurriendo es que merced a la crisis económica hay una sobre oferta de cupos en la educación privada, es decir hay capacidad instalada ociosa que deberíamos aprovechar antes que propiciar mayor competencia. 

Incluso, de ser necesario el capital privado para aumentar la oferta, valdría la pena pensar en aprovechar los recursos del sector solidario que hasta ahora sólo existe como posibilidad en la ley por cuanto no hay instituciones que puedan considerarse del sector solidario como tal; y bien se podría estimular al sector cooperativo para hacer inversión social en Educación Superior. 

De otro lado, nunca ha estado cerrada la puerta para alianzas entre Universidades Colombianas y Extranjeras, existe la posibilidad de doble titulación y de intercambios, siempre y cuando se someta la oferta a la legislación Colombiana. Aún más, los aliados están en libertad de recibir por sus servicios la remuneración debida que es una forma de venta de servicios. 

Complementariamente, en los posgrados se han puesto en práctica modalidades híbridas, llamadas sándwich, donde se atiende a los nacionales desde el país extranjero pero con la posibilidad de adelantar la mayor parte de los estudios en el propio país, bien con profesores visitantes, bien con acuerdos locales. Incluso, los países oferentes han definido titulaciones especiales para exportación, que a juicio de nuestros académicos, dejan mucho que desear. 

Estos esquemas de trabajo entre Universidades Nacionales y Extranjeras que no están prohibidos por la ley están en crisis por el no reconocimiento de las titulaciones y lo que se debiera de hacer es buscar acuerdos que conduzcan a titulaciones de validez doble o universal que den garantía de la seriedad de las ofertas. 

Estos acuerdos entre Universidades Nacionales y Extranjeras, siempre y cuando cumplan los estándares de calidad, podrían ser incluso más explícitos y procurarse en la medida en que transfieran conocimiento a las contrapartes nacionales y no requieren modificación del régimen jurídico Colombiano: caben perfectamente dentro del alcance de la Ley 30 del 92. 

Hasta aquí no hay problema; los problemas empiezan cuando adoptamos decisiones o asumimos compromisos que puedan poner en dificultades la prestación del servicio en términos de equidad social; el mercado definitivamente no atiende estos aspectos; puede ser capaz de regular la calidad y hasta el precio, pero es incapaz de resolver la accesibilidad universal. Los sectores sin recursos o escasos de ellos no obtienen soluciones desde la óptica del mercado. 

Es mas valida esta aseveración para países como el nuestro con altos índices de pobreza e inequidad social. Está demostrado que la Educación Superior es quizás la única puerta de entrada que permite la movilidad social y en consecuencia la superación de las condiciones adversas de pobreza. 

El Estado debe subsidiar la educación superior en cabeza de las universidades públicas hasta tanto la sociedad encuentre niveles de desarrollo y organización que puedan garantizar el acceso universal a la educación superior ,y para alcanzar esta situación ideal, hay mucho camino por recorrer. 

Así lo ha entendido el Gobierno, pues este aspecto lo ha incluido en el anexo 2, que es aquel que contempla sectores, subsectores o actividades específicas para las cuales se podrán mantener o adoptar nuevas medidas que sean disconformes con los principios de libre acceso a los mercados. 

Hay que preservar la Universidad Pública como subsector especial sujeto a subsidios. De otro lado, sería necio pretender ignorar el papel de la educación privada, ella actúa de manera complementaria y, en muchos casos, lo puede hacer mejor que la pública. Son espacios diferentes que deben coexistir. 

Hay que dejar atrás el criterio de que la ineficiencia es propia de lo estatal: lo estatal puede ser tan o incluso mas eficiente que lo privado, en esto no pueden haber dogmas. 

Los acuerdos de comercio son necesarios, han existido y seguirán existiendo. Ellos no son buenos o malos en sí, dependen de la reciprocidad y la equidad con que se pacten. 

Debemos prepararnos para el libre comercio; las fronteras cada vez son mas relativas y mucho mas cuando se trata de bienes culturales. La transnacionalización de las culturas está produciéndose en el mundo. Hay que prepararse para lo global dentro de lo diverso. 

No comparto la opinión de que hay una conspiración de los países ricos para hacer más pobres a los países pobres. No veo las cosas en blanco y negro: hay tonalidades de grises. Europa es Europa. China es China. Japón es Japón. Rusia es Rusia. 

Mucho menos creo que la defensa de lo estatal entendido como público sea la oportunidad para defender privilegios laborales. Esto sería la peor falsificación en términos conceptuales; mas propio de discursos politiqueros que de asuntos de fondo. 

Pero, en mi criterio, hay cosas que no debemos negociar: 

1- La naturaleza sin ánimo de lucro de las instituciones que se dedican a la Educación Superior. 
2- La educación superior pública subsidiada por el Estado. 

Preservando estas excepciones considero que tenemos mas para ganar que para perder si el país se mueve con dignidad y criterio en las negociaciones como en apariencia hasta ahora viene ocurriendo. 

No tenemos por el momento un informe oficial de lo ocurrido en las rondas de Cartagena y Atlanta y estos son conceptos que se expresan sin el conocimiento de lo ocurrido. 

Los acuerdos de comercio en el sector de la educación también hay que promoverlos en otros escenarios: dentro de la CAN, desde la CAN con MERCOSUR y desde la CAN y MERCOSUR con la Unión Europea. 

Hispanoamérica como una comunidad con enormes identidades debe acelerar cuanto antes la concreción de un espacio académico de integración. 

Celebro que ASCUN haya propiciado la discusión de estos temas que a veces se tramitan en ambientes de polarización política que poco permiten aclarar las cosas. Y donde el único mensaje es oponerse; cayendo en la fatal encerrona de los tiempos modernos donde de tanto pregonar los extremos terminamos cayendo en los extremos. 

Muchas gracias. 

LUIS ENRIQUE ARANGO JIMENEZ 
Rector 
Universidad Tecnológica de Pereira

Fecha de expedicion: 2004-06-24