Nos hemos reunido hoy a darle apertura oficial a nuestra XII Convención Nacional de Egresados, lo hacemos reconociendo una universidad que se ha transformado alcanzando estándares de excelencia, aún en medio de las circunstancias poco propicias para la educación pública. Tomando distancia de las voces apocalípticas que se ensañan en tratar de demostrar que todo está perdido, estamos mostrando que la fe y las actitudes positivas pueden remover montañas.
Como egresado que soy de esta universidad debo manifestar mi enorme alegría de volver a encontrar a mis antiguos compañeros de estudio, con quienes viví momentos inolvidables, por aquellas épocas que nunca dejarán de despertar en nosotros una profunda nostalgia.
Navegar en nuestros mares interiores para ya en la madurez de la vida volver a las playas que recorrimos algún día llenos de sueños y aventura es un banquete que por nada del mundo podemos desaprovechar. Recorrer las huellas que dejamos atrás, pero que marcaron nuestras vidas, dándonos las aptitudes para abrirnos paso exitosamente en el duro trasegar de la existencia, es un ejercicio espiritual de la mejor clase y factura.
Quizás por ello, no haya un mejor aliado de la causa universitaria, que el
egresado, a quién todo le anima, menos un subalterno interés individualista.
Difícil encontrar motivación más altruista que la que impulsa al egresado a
tratar de hacer grande a su Alma Mater. Que no es cosa diferente al mas puro e íntimo deseo de preservar y llenar de gloria lo que le es propio, su origen: el mismo que ni se escoge ni se niega.
Con esta convicción he trabajado la relación de la rectoría con la Asociación Nacional de Egresados, procurando poner toda mi colaboración a su servicio.
No es fácil, con las críticas circunstancias de la economía del país sacar
adelante empresas como esta, por ello valoro tanto, la entrega y sacrificio que le han puesto los colegas de la Junta Directiva Nacional y de los Capítulos para entregarnos esta nueva versión de nuestra Convención Nacional de Egresados de la Universidad Tecnológica de Pereira.
Debo reconocer que siempre me he sentido respaldado a la hora de enfrentar las dificultades propias de un ejercicio que de por si genera resistencias; me refiero a propiciar los cambios que requiere la Institución. En particular, quisiera mencionar la firmeza con me rodearon, tanto la Junta Directiva Nacional como el Representante de los Egresados en el Consejo Superior, cuando debimos establecer como requisito de grado, el conocimiento básico del Idioma Inglés, apoyando sin titubear una reforma que no estuvo exenta de contradictores, Nuestra Universidad no podía seguir de espaldas a la realidad: Profesional egresado que no pueda acreditar un conocimiento en una segunda lengua no es hoy en día competitivo. Por fortuna, salimos adelante al crear en la universidad un
Instituto de Lenguas Extranjeras que le ofrece a los estudiantes de manera
gratuita ocho niveles de 40 horas cada uno, de inglés comunicacional,
suficientes para cumplir con el requisito de grado que se les impuso.
De manera similar sentí su respaldo cuando debimos revisar la norma populista que aplicaba la universidad para el manejo de las matrículas de los estudiantes mediante la cual, las matrículas rebajaban año por año al estar tasadas en valor nominal y no en pesos constantes o en cualquier otro mecanismo que le protegiera su valor; ello nos tenía marcados nacionalmente como la única Universidad que no cuidaba sus ingresos. Hoy día, nuestras matrículas siguen siendo las mas bajas, pero conservan su valor, se liquidan en salarios mínimos legales mensuales vigentes.
También he sentido su acompañamiento y entusiasmo cuando aumentamos los cupos, duplicando la capacidad anterior de recibir nuevos estudiantes para hacer mas eficiente el uso de los recursos públicos, al pasar de 600 estudiantes por semestre a mas de 1200, sin implicaciones mayores en términos de costos. O cuando, debimos crear una matrícula diferencial para abrir la oferta de los segundos ciclos para los tecnólogos, a quienes la universidad les había negado la posibilidad de la profesionalización, debiendo acudir muchas veces a ofertas externas de medio pelo, para poder progresar en el campo laboral. Actualmente,
les estamos ofreciendo el ciclo de la profesionalización, en jornadas
convenientes, a quienes por estar en el mercado laboral y devengar salario,
están en condiciones de pagar un matrícula diferencial, en todo caso mucho menor a la de las instituciones privadas.
La tarea de ampliar la cobertura no esta concluida todavía, podemos seguir
abriendo las puertas de la universidad a la sociedad: la Universidad puede hacer más ; debemos abrir la universidad en las noches para quienes laboran: no tiene ninguna explicación lógica, que no se apoye por supuesto en consignas políticas maximalistas del todo o nada, desaprovechar la poderosa infraestructura con que contamos, pudiendo generar ofertas apropiadas para este segmento social.
No hemos descuidado la calidad, seguimos estimulando los procesos de
autoevaluación y acreditación de los programas académicos, al punto que somos en la región la institución que de manera relativa tiene el mayor número de programas con acreditación voluntaria de calidad: seis de veinte, y los demás se encuentran en distintas etapas del proceso que conduce a la misma.
Hemos cuadruplicado el número de proyectos de investigación de nuestros docentes e investigadores.
Estamos articulando la universidad con la sociedad de manera intensa: hemos masificado las practicas empresariales y la universidad participa de la mano de la empresa privada y del estado en cuanta iniciativa sea posible.
Somos los coordinadores en el eje cafetero del programa de sustitución de
importaciones liderado por ECOPETROL y en convenio con ACOPI y la ANDI, que busca con la mediación de la academia estimular la Industria regional para que cumpla estándares de calidad y se convierta en proveedor de bienes y servicios.
Estamos administrando el sistema de información para beneficiarios de
inversiones sociales del Estado, el llamado SISBEN, para el Municipio de
Pereira, apoyando la acción pública en su deseo de buscar la transparencia y la confianza pública
Estamos integrando el sistema universitario regional, creando la red de
universidades públicas del eje cafetero, la Corporación Alma Mater, para
potenciar las fortalezas de la academia pública y ponerlas al servicio del
desarrollo.Estamos ayudando a construir políticas públicas con un sentido
patriótico: o la academia asume su papel de guianza o serán otros los que
direccionen el Estado.
Creamos la oficina de Relaciones Internacionales para ordenar la cooperación, y contar con un instrumento adecuado para propiciar la Internacionalización de la universidad.
Como han de apreciar los cambios físicos que Ustedes están observando desde su llegada están acompañados de un replanteamiento general que coloca la Universidad en un momento de cambio sustancial para llevarla a condiciones superiores de excelencia y progreso en todos los órdenes.
Me complace compartir con ustedes dos noticias de última hora que ayudan a configurar lo que estoy afirmando:
La primera, el Congreso de la República acaba de expedir la ley 1751 del 19 de julio de 2002, donde se asocia a los 40 años de labores académicas de la universidad ordenando al Gobierno Nacional apropiar recursos para construir un edificio para aulas y educación continuada y dotar con equipos de última tecnología las áreas de biotecnología, biología molecular, electrónica, manufactura flexible y control. Aprovecho para reconocer públicamente a nuestro ilustre egresado, Ingeniero Alberto Varón Rodas, autor de la iniciativa en la cámara de representantes, cuando asistió a la misma en representación del Departamento del Quindío.
Y la segunda, la condecoración que recibimos del gobierno nacional el pasado 6 de agosto, al haber hecho parte del cuadro de honor de las quince mejores practicas de la administración pública con nuestro modelo de contratación denominado subasta o audiencia pública, escogida en la modalidad temática » moralización de la administración pública a traves de la lucha abierta contra la corrupción». Ello significa que estaremos inscritos en el banco de éxitos de la Administración Pública Colombiana, con otros 15 casos, como ejemplo Nacional, al tenor de lo ordenado por la ley 489 de 1998 que establece incentivos a la gestión pública.
Todavía hay mucho por hacer. Entre otras cosas expandirnos: La Universidad esta cumpliendo 40 años de labores académicas y ya está madura para salir de sus fronteras históricas de cobertura geográfica; me propongo llevar nuestra oferta académica a otras regiones del país, y para ello quiero contar con los egresados, nuestros embajadores naturales.
Vamos a empezar por Bogotá, pero mi deseo es ir ampliándonos a medida que nos vayamos consolidando. No le tengo miedo ni escrúpulos a generar recursos propios para la universidad siempre y cuando se haga honradamente con la sociedad; no veo porque haya que dejarle al sector privado, ciertas ofertas no formales que pueden dejar algunos ingresos, que tanta falta nos hacen para ampliar nuestra oferta formal.
Compañeros Egresados: no hemos terminado, la tarea comenzada requiere redoblar esfuerzos para consolidarla y para ampliarla. Cuento con ustedes.
Por ello y para ello, quiero invitarlos a que trabajemos por la universidad, a
que la defendamos, a que la promovamos, a que le devolvamos todo lo que hizo por nosotros.
Exitos y alegría infinita en esta XII Convención Nacional
Gracias
Luis Enrique Arango Jiménez
Rector
Fecha de expedicion: 2002-08-16